Creación versus Evolución... ¿Y por qué no ambas?
- Francisco Javier Ovalle Reinoso
- 13 dic 2021
- 18 Min. de lectura
Tomando como base la tradición cristiana, en el libro del Génesis, donde se relata el proceso de la creación del mundo, se establece que esa creación se realizó en una semana, cinco días de creación, de animales, aves, sol, luna, estrellas, plantas; el sexto día fue la creación del Hombre y el séptimo día el de descanso.
En el Capítulo 1 versículo 1, el Génesis dice textual “En el principio creó Dios los Cielos y la Tierra”. Sin embargo, las primeras traducciones del hebreo antiguo, como la versión de la denominada Biblia del Oso de 1569 y la versión Reina Valera Antigua de 1909, mencionan el vocablo “crió” y no “creó”. Basándose en esto, algunos investigadores y estudiosos de los textos antiguos, afirman que no hubo creación, al menos en ese relato, sino más bien se tomaron los elementos ya existentes y tal como en un terrario, o un experimento, se “crió” al mundo.
No habiendo especificación de a cuanto equivale un día bíblico en el proceso de la creación, no se puede entonces determinar si tiene literalmente 24 horas como lo conocemos hoy, puesto que recién los egipcios dividieron los días en horas pero términos generales, desde la puesta a la salida del sol, amanecer y atardecer, más el tiempo de falta de claridad o noche. Posteriormente el griego Hiparco de Nicea propuso la división del día en 24 horas de todos los días del año.
Como prácticamente toda la Biblia utiliza la simbología para explicar ciertos fenómenos naturales, no sería recomendable tomar de manera literal los días de la creación o cualquier otro pasaje dogmático. El primer cuestionamiento que surge en tal sentido es entonces determinar a qué se refiere el Génesis cuando habla de “fue la tarde y la mañana del día x” al terminar cada proceso creativo. Pudieron ser días, semanas, meses, años, ciento o miles o millones de años.
Lo más acertado podrían ser miles de años, porque como analizaremos más adelante, en una simple ecuación comparativa, un día equivale a aproximadamente 24 mil años, lo que coincide con lo demostrado hasta ahora por la ciencia en materia del proceso evolutivo tras la formación del universo y nótese el término formar, que también coincide con las traducciones originales de los textos bíblicos donde se usa el mismo término.
En tal sentido el término creó o crió, solo se utiliza en algunos pasajes, para los otros se emplea el término “hizo” o “formó”, que si bien podrían considerarse sinónimos, en realidad en el hebreo antiguo tienen significados que le dan a su vez, una connotación distinta al relato. Por ejemplo, Dios “hizo” el sol, no creó el sol o que Dios “formó” y “crió” al hombre.
Respecto al tiempo transcurrido en la creación según el Génesis, la tradición bíblica dice que fueron siete días, sin embargo, otros investigadores explican que también analizando las traducciones originales, los “días” mencionados en la biblia son simbólicos y se refieren a “tiempos”. Si bien el relato bíblico dice que “fue la tarde y la mañana...” del día uno, dos, o tres, etc. para que exista tarde y mañana debe en concreto existir día y noche.
A partir de esto surgen algunas inconsistencias por ejemplo cuando el Génesis habla de que en el principio crió Dios los cielos y la tierra, se está contando la historia de la creación del mundo, mas no del universo; no obstante, si se hace la comparación con la teoría del Big Bang, los cuatro primeros días se refieren efectivamente a la formación del Universo y los siguientes días al planeta tierra.
En los versículos siguientes, Dios separó la luz de las tinieblas y llamó a las tinieblas noches y a la luz día, esto según la Biblia ocurre el primer día de la creación, sin embargo, recién el cuarto día Dios “hizo” las grandes lumbreras, el sol, la luna y a las estrellas.
¿Cómo entonces se pudo tener claridad o luz, si no existía aún una fuente emisora que la generara como el sol? La única respuesta posible, es que el relato bíblico sea puramente simbólico y los tiempos no fueron contados literalmente en “días” sino en miles o millones de años.
La ciencia nos dice que en el Big Bang, o gran explosión, se generó luz o claridad, la que se expandió en el universo. La ciencia ya plantea que el centro de esa misma explosión comenzó a enfriarse hasta llegar a una temperatura donde era posible mantener el equilibrio energético y poder así transformarse en la estrella central de nuestro sistema, el SOL.
Por lo tanto la tarde y la mañana del día uno o del día cuatro en el Génesis, coinciden con los miles de millones de años que demoró la estrella central en enfriarse. ¿Pudo haber claridad como lo relata el génesis? Sí, de hecho la hubo producto de la explosión o colisión de partículas. ¿Pudo surgir el sol en el cuarto día como lo plantea el Génesis? Si, perfectamente posible porque si hacemos el comparativo de que no fueron cuatro días, sino entre cuatro mil y cinco mil millones de años, coincide con los estudios científicos realizados, tal como lo plantea una cronología realizada por la Universidad de Valencia en España.
Estas inconsistencias son las que para algunos investigadores, hacen pensar con cierta lógica que en primer lugar, existe un profundo simbolismo y no se debe tomar el relato de forma literal y en segundo lugar que a partir de ese simbolismo se pueden establecer otras interpretaciones del mismo texto.
Si hacemos un comparativo de la creación del Universo según el Génesis contrastándolo con la ciencia tenemos que:
Génesis: En el principio crió Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.
Ciencia: En el principio las moléculas de los elementos que vagaban por el vacío estaban en constantes movimiento pero de forma desordenada, esto ocurrió aproximadamente hace uno 12 mil millones de años.
Génesis: Y dijo Dios: Haya luz, y hubo luz. Y vio Dios que la luz era buena, y separó Dios la luz de las tinieblas. Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y la mañana el día primero.
Ciencia: En este primer instante, toda la energía (y todo el espacio) del universo se encontraba concentrada en un punto, que fue el origen de una gran explosión (big bang). Durante los primeros segundos, la temperatura era de más de un billón de grados y toda la energía se hallaba en forma de radiación. Por lo tanto hubo luz y claridad. Después de la Gran Explosión la temperatura del Universo comenzó a descender ordenándose las partículas y moléculas.
Genesis: Y dijo Dios: Haya un firmamento en medio de las aguas, y separe aquel las aguas de las aguas. E hizo Dios el firmamento, y separó las aguas que estaban debajo del firmamento de las aguas que estaban sobre el firmamento. Y fue así. Y llamó Dios al firmamento Cielos. Y fue la tarde y la mañana el día segundo.
Ciencia: Al cabo de unos 400.000 años el hidrógeno empezó a condensarse en nubes (las futuras estrellas), las cuales a su vez se agrupaban en cúmulos mayores (las futuras galaxias).
Génesis: Y dijo Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase lo seco. Y fue así. Y llamó Dios a lo seco Tierra, y a la reunión de las aguas llamó Mares. Y vio Dios que era bueno.
Ciencia: Hace 11.000 millones de años la temperatura del universo era de unos 3.000 grados, la gravedad hizo que los núcleos de muchas nubes de hidrógeno alcanzasen temperaturas elevadas, del orden de 15 millones de grados, lo que permitió la fusión del hidrógeno en helio, proceso que origina la emisión luminosa de las estrellas. Cuando las estrellas agotan el hidrógeno del núcleo son capaces de seguir generando energía fundiendo a su vez el helio en materiales más pesados. De este modo, en los núcleos de las primeras estrellas se formaron todos los elementos químicos que actualmente hay en la Tierra.
Génesis: Y dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su especie, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así. Y produjo la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su especie. Y vio Dios que era bueno. Y fue la tarde y la mañana el día tercero.
Ciencia: Existen muchas teorías sobre cómo se formaron los planetas del sistema solar, pero fuera como fuera, la edad de la Tierra se estima en unos 3.000 a 4.000 millones de años. (e mil millones coinciden con el día tercero) Al principio era una masa incandescente cuya superficie tardó relativamente poco en enfriarse. Parte de la atmósfera se licuó y se crearon así los mares y océanos.
La composición química de la atmósfera y de los océanos era muy diferente de la actual: No existía la capa de ozono que actualmente nos protege de los rayos ultravioleta, la atmósfera soportaba una intensa actividad eléctrica. Estas condiciones fomentaron la formación en las aguas de compuestos químicos cada vez más complejos y variados: compuestos orgánicos que culminarían con la aparición de formas de vida.
La vida en la tierra surgió hace unos 3.500 millones de años. Se inició así un proceso evolutivo de animales y plantas del que tenemos pocos datos, pues las primeras formas de vida eran microscópicas y luego animales y plantas blandos (algas, gusanos) que no dejan restos fósiles.
Este primer periodo de la vida se conoce como precámbrico, y se extiende hasta el momento en que podemos seguir más fielmente la evolución biológica a través de los fósiles. A partir de aquí, los biólogos dividen el tiempo en eras.
Génesis: Y dijo Dios: Haya lumbreras en el firmamento de los cielos para separar el día de la noche; y sean por señales, y para las estaciones, y para los días y para los años; y sean por lumbreras en el firmamento de los cielos para alumbrar sobre la tierra. Y fue así. E hizo Dios las dos grandes lumbreras: la lumbrera mayor para que señorease en el día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche; hizo también las estrellas. Y las puso Dios en el firmamento de los cielos para alumbrar sobre la tierra, y para señorear en el día y en la noche y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno. Y fue la tarde y la mañana el día cuarto.
Ciencia: Las explosiones de estrellas llenaron el espacio de nuevas nubes de gas (esta vez relativamente rico en toda la gama de elementos químicos), a partir del cual se formaron nuevas estrellas, las llamadas estrellas de segunda generación, entre las cuales se encuentra el Sol.
El Sol empezó a brillar hace unos 4.000 y 5.000 millones de años. En esta época el universo se había enfriado ya a unos 100 grados bajo cero. (Estos cuatro mil millones de años coinciden con el día cuarto).
Génesis: Y dijo Dios: Produzcan las aguas seres vivientes, y aves que vuelen sobre la tierra en la abierta expansión de los cielos. Y creó Dios las grandes ballenas y todo ser viviente que se mueve, que las aguas produjeron según su especie, y toda ave alada según su especie. Y vio Dios que era bueno. Y Dios los bendijo, diciendo: Fructificad y multiplicaos, y henchid las aguas en los mares, y multiplíquense las aves en la tierra. Y fue la tarde y la mañana el día quinto. Ciencia: Como ya se mencionó, a partir de la formación del planeta, el tiempo se divide en eras: La era primaria o paleozoica comienza hace 570 millones de años. Se distinguen a su vez varios periodos; en el periodo cámbrico abundan los trilobites, moluscos y crustáceos. En el periodo ordovícico (que se inicia hace 505 millones de años) siguen abundando los trilobites, se extienden los equinodermos y braquiópodos y aparecen los primeros peces. El periodo silúrico se inicia hace 440 millones de años. Aparecen peces acorazados gigantes, las primeras plantas terrestres y de pantanos, grandes escorpiones marinos. El periodo devónico empezó hace 410 millones de años. Aparacen los peces modernos y los anfibios. En el periodo pérmico (que empezó hace 285 millones de años) se extienden los reptiles, mientras los anfibios pierden importancia, se extinguen los trilobites y aparecen las primeras coníferas.
Génesis: Y dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su especie: bestias, y serpientes y animales de la tierra según su especie. Y fue así. E hizo Dios los animales de la tierra según su especie, y ganado según su especie, y todo animal que se arrastra sobre la tierra según su especie. Y vio Dios que era bueno.
Ciencia: La era secundaria o mesozoica empezó hace 245 millones de años. Su primer periodo es el triásico, en el que aparecen los primeros dinosaurios y grandes reptiles marinos. También aparecen los primeros mamíferos. Abundan los amonites, aparecen nuevas especies de plantas, se forman grandes bosques de coníferas. Durante el periodo jurásico (iniciado hace 210 millones de años) los dinosaurios dominan la Tierra. Aparecen reptiles voladores y las primeras aves, junto con nuevas especies de pequeños mamíferos. La era terciaria o cenozoica se inicia hace 65 millones de años. Comienza con el paleoceno, en el que proliferan los mamíferos. En el eoceno (hace 60 millones de años) aparecen nuevas especies de animales (caballos y elefantes primitivos) así como de plantas. El oligoceno se inicia hace 35 millones de años. Proliferan las plantas con flores, aparecen muchos de los mamíferos actuales, entre ellos los primeros primates. Hace 25 millones de años, en el mioceno, se multiplican los primates, especialmente abundantes en África.
Génesis: Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y tenga dominio sobre los peces del mar, y sobre las aves de los cielos, y sobre las bestias, y sobre toda la tierra y sobre todo animal que se arrastra sobre la tierra.
Ciencia: Los primates vivían cómodamente en los árboles, alimentados de frutos, prácticamente sin predadores. Sin embargo, hace unos 14 millones de años las cosas empezaron a cambiar. Muchos primates se vieron obligados a abandonar su hábitat arbóreo. Tal vez su vida fácil condujo a la superpoblación y algunos grupos fueron expulsados de los bosques, hacia las sabanas, un ambiente hostil para unos animales incapaces de digerir hierba y pobremente dotados para la caza.
De esta época datan los restos más antiguos conocidos de una especie de primate llamada Ramapithecus, que pobló buena parte de Europa, África y Asia (el primer ejemplar se encontró en la India). En su esqueleto se advierten vestigios de posición erguida. Podemos suponer que estos primates desplazados compensaron su debilidad formando manadas, al estilo de los mamíferos cazadores.
La postura erguida favorecía que cada miembro de la manada pudiera mantener contacto visual con los restantes, de modo que podían avisarse más eficientemente si detectaban algún peligro. Así pues, la selección natural favoreció a los individuos mejor dotados para la "incómoda" postura erguida.
El Ramapithecus se extinguió hace 8 millones de años, pero no era el único primate expulsado del paraíso. Hubo más especies en sus mismas circunstancias que sobrevivieron más o menos tiempo.
Génesis: Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.
Ciencia: Hace unos 2.5 millones de años apareció entre los Australopithecus una nueva especie que ya no puede englobarse en este género de los primates. Se trataba del Homo habilis, al que, como vemos, los biólogos le han asignado el nuevo género llamado Homo.
Génesis: Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer. Y a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde les será para comer. Y fue así. Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto.
Ciencia: En general, estos monos cazadores reciben el nombre de homínidos. Desde hace unos 6 millones de años fueron apareciendo en el este de África varias especies de homínidos agrupadas por los biólogos bajo el género Australopithecus. Poco después de su aparición se produjo un drástico cambio climático: las temperaturas descendieron notablemente en todo el planeta. Desde el precámbrico, la Tierra había pasado por varios periodos de frío conocidos como glaciaciones. Evidentemente, las condiciones de vida empeoraron. La caza fue más escasa y los inviernos eran periodos de hambre. Pese a ello, los homínidos se adaptaron a las circunstancias. Más aún, en plena glaciación, hace 2 millones de años, surgió una nueva especie del género Homo: el Homo erectus. Con él da comienzo la era cuaternaria, cuyo primer periodo se conoce como pleistoceno. La glaciación duró cerca de un millón de años, es decir, hasta hace 1.5 millones de años, pero la era cuaternaria reservaba cuatro glaciaciones más, separadas por breves periodos interglaciares.
La primera glaciación de la era cuaternaria se inició hace algo más de 1 millón de años y fue más intensa que la anterior. La competencia entre las distintas especies de homínidos terminó con la extinción de los Australopithecus poco después del inicio de la glaciación y la del Homo habilis hace 800.000 años. El Homo erectus sobrevivió, entre otras cosas porque aprendió a valerse del fuego. Por aquel entonces no sabía producirlo ni controlarlo, sino que se lo encontraba cuando un rayo incendiaba un árbol. Tal vez aprendió a conservarlo como algo valioso. La glaciación terminó hace unos 700.000 años y no debió de pasar mucho tiempo hasta que el Homo erectus aprendió a controlar el fuego. Esto le supuso una mayor protección frente al frío y los animales carnívoros, así como la posibilidad de alimentarse de la carne de muchos animales que difícilmente podía digerir en estado crudo.
Génesis: Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos. Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación.
Ciencia. Haciendo un comparativo podríamos deducir que acabada la creación, se produjeron sucesivamente las glaciaciones, periodos de descanso de la tierra, más no de las especies que se fueron adaptando y evolucionando. En este contexto la ciencia nos dice que la segunda glaciación de la era cuaternaria se extendió desde hace 600.000 años hasta hace algo más de 300.000 años. Durante esta época el Homo erectus aprendió a organizarse para cazar grandes mamíferos. Su modo de vida era ya muy similar al de otros mamíferos cazadores, pues su inteligencia había compensado ya con creces su inferioridad física.
Así pues, la adversidad climática ya no era un obstáculo serio para el Homo erectus, que empezó a proliferar, pero, al igual que les ocurrió a los Australopithecus, se encontró con que cada pequeño grupo requería una gran cantidad de territorio para cubrir sus necesidades, por lo que se extendió paulatinamente por toda la Tierra. No obstante, el número total de habitantes nunca debió de superar el medio millón. Tras un breve periodo interglaciar sobrevino la tercera glaciación, desde hace algo más de 200.000 años hasta hace algo más de 100.000 años. A su término el Homo erectus ya ocupaba medio planeta: poblaba toda África, buena parte de Asia y casi toda Europa (excepto el norte). También había aprendido a fabricar cabañas que le protegieran de la intemperie en ausencia de cuevas naturales, que hasta entonces habían sido su único refugio. (La teoría de la creación incluso reafirma lo que la ciencia plantea en cuanto a la orden que dio Dios, “Id y multiplicaos”)
Génesis: Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra cuando fueron creados, el día que Jehová Dios hizo la tierra y los cielos, y toda planta del campo antes que fuese en la tierra, y toda hierba del campo antes que naciese; porque Jehová Dios aún no había hecho llover sobre la tierra, ni había hombre para que labrase la tierra, sino que subía de la tierra un vapor, el cual regaba toda la faz de la tierra. Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente. Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado.
Es importante hacer aquí un alcance. El Génesis habla que el día sexto dios creó al hombre, sin embargo, después del séptimo día en que descansó, vuelve a decir que “formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente”. Este detalle nos puede llevar a interpretar que hubo dos creaciones del Hombre, primero los creó como parte de los animales pero poniéndolo por sobre el resto de las especies y en el segundo relato “sopló en su nariz y fue el hombre un ser viviente”. Muchos investigadores plantean que en realidad el relato bíblico no se refiere a “un ser viviente” sino a “un ser pensante” porque ya el hombre como homínido a imagen y semejanza del creador era viviente.
Ciencia: Durante la tercera glaciación surgieron las primeras formas de dos nuevas especies: el Homo sapiens y el Homo neanderthalensis. La capacidad craneal de las nuevas especies triplicaba a la del Homo habilis. En un primer momento, las diferencias entre los Homo neanderthalensis y los Homo sapiens eran pequeñas, al igual que las diferencias culturales respecto al Homo erectus. No obstante, al principio de la cuarta glaciación, hace unos 80.000 años, encontramos ya una cultura neandertal claramente definida. Entre sus nuevas costumbres se encontraba la de enterrar a los difuntos, y entre sus nuevas habilidades la fabricación de flechas. Respecto a las inhumaciones, no es razonable suponer en ellos una capacidad de pensamiento abstracto o religioso, pero sí podemos entrever cierto grado de autoconciencia. El Homo sapiens y el Homo neanderthalensis se extendieron por Europa, Asia y África. Cazaban todo tipo de animales y se adaptaron con eficiencia a cada medio ambiente.
Génesis: Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis.
Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.
Ciencia: A medida que el Homo sapiens fue cobrando conciencia de su existencia en el mundo debió de percibir su debilidad e impotencia frente a la naturaleza: había animales feroces a los que era mejor no enfrentarse salvo extrema necesidad, otros, en cambio, podían ser dominados con habilidad. Por otra parte, nada había que hacer contra las fuerzas del cielo, los rayos y los truenos. Sin duda el Sol y la Luna debieron de intrigarle. Probablemente llegó a la conclusión de que en el cielo habitaban seres muy poderosos y de humor voluble, a los que era mejor tener contentos, pues ejercían gran influencia sobre la tierra. En manos de estos seres estaba que hubiera o no buena caza, que las mujeres tuvieran o no hijos... La imaginación del Homo sapiens ante lo desconocido pudo ir por mil caminos diferentes, creando creencias de toda índole, acompañadas de ritos y costumbres. Es difícil saber qué finalidad concreta tendrían los objetos que hoy calificamos de "manifestaciones artísticas". Se conocen estatuillas femeninas fabricadas desde hace unos 27.000 años. A partir de aquí se van produciendo imágenes pictóricas, bajorrelieves y esculturas cada vez más perfeccionadas.
Con esto podemos deducir que en el contexto simbólico, en realidad lo que hizo la pareja del Edén no fue literalmente comer de un determinado árbol, sino más bien desarrollar su pensamiento crítico e iniciar la búsqueda del conocimiento, lo que se fue dando paulatinamente en el proceso evolutivo.
Génesis: Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre.
Ciencia: Hace unos 25.000 años se extinguió el hombre de Neandertal, con lo que el Homo sapiens pasó a ser la única especie humana sobre la Tierra y ya podemos referirnos a él simplemente como "el hombre". Sin embargo, también es factible detenernos en este último relato bíblico donde el Dios creador literalmente reconoce que no es el único participante del proceso de la formación o creación del Universo o del Planeta. Claramente dice “He aquí el hombre es como uno de nosotros, es decir, el hombre adquirió el conocimiento, tomó conciencia de su propia existencia y por ende tomó las riendas de su vida. Ya no necesitaba a ningún ser superior para sobrevivir en la tierra. Pero además el mismo relato nos da otra revelación.
Aquellos creadores temieron que el hombre consiguiera la vida eterna siendo sabio y perfecto, lo que se podría interpretar como que, o literalmente había algún tipo de fuente de la eterna juventud en ese lugar, o simbólicamente se refiere al temor de que el hombre alcanzara la evolución y trascendencia espiritual.
EL DILEMA DE LOS TIEMPOS
De acuerdo a la data de fósiles e incluso otros elementos como el análisis del Uranio respecto a la variación de su número atómico, desde la ciencia, se pensaba que la edad de nuestro planeta era de 4.530 millones de años, pero astrónomos alemanes, suizos y británicos acaban de calcular que, en realidad, tiene entre 4.400 millones y 4.510 millones de años. Es decir, es entre 20 y 90 millones de años más joven de lo que se creía.
Esos 4 mil millones de años, coinciden en proporción, con los 4 mil años que establecen los estudios basados en el relato bíblico, por lo tanto no es poco probable ni extraño deducir que una hora bíblica corresponde a miles de años y que un día bíblico corresponde aproximadamente a 4 mil millones de años lo que a su vez coincide con una era astronómica.
En resumen, la edad de la tierra se ha intentado clarificar desde dos aristas, una la religiosa, tomando como base los relatos bíblicos de la creación del mundo, que la datan en promedio en 4 mil años A.C. Por otro lado desde la visión científica a través de estudios geológicos se ha determinado que la tierra tiene una edad aproximada de 4 mil millones de años.
Así entonces podemos decir que estamos viviendo tres visiones cronológicas distintas
Desde la mirada científica, a partir del Big Bang a la fecha, vivimos en el año 12 mil 530 millones tomando como referencia el origen del Universo.
También desde la mirada científica, pero tomando como referencia el origen sólo de nuestro planeta, vivimos en el año 4 mil 500 millones
Desde la mirada bíblica estamos en el año 2018 D.C. si tomamos como referencia de año cero el nacimiento de este personaje
Desde la mirada teológica en sumatoria de las dos eras cristianas, antes y después de Cristo, vivimos el año 6022 en total.
BIBLIOGRAFIA Y REFERENCIAS PARA ESTE ARTÍCULO
• https://www.biblegateway.com/passage/?search=G%C3%A9nesis+1&version=RVR1960
• http://www.documentacatholicaomnia.eu/02m/0627-0735,_Beda_Venerabilis,_De_Temporum_Ratione,_MLT.pdf
• https://www.muyinteresante.es/curiosidades/preguntas-respuestas/ique-edad-tiene-la-tierra
• Apuntes y estudios de:
• Beda “El Venerable” del siglo VI
• Joseph Justus Scaliger del XVI
• John Lightfoot de 1642
• Armagh James Ussher 1650 Annales veteris testamenti, a prima mundi origine deducti Anales del Viejo Testamento, derivados de los primeros orígenes del mundo.
• https://www.uv.es/ivorra/Historia/Historia_Antigua/BigBang.htm
https://es.wikipedia.org/wiki/Pierre_Teilhard_de_Chardin
Comments