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APOLOGÍA A LA DICTADURA, DIPUTADA, MEJOR RENUNCIE A SU PARTIDO

  • Foto del escritor: Francisco Javier Ovalle Reinoso
    Francisco Javier Ovalle Reinoso
  • 13 dic 2021
  • 6 Min. de lectura

Tras el derrocamiento del Presidente Salvador Allende el 11 de septiembre de 1973, una de las primeras acciones que realizó la Junta Militar liderada por el General Augusto Pinochet fue eliminar todo rastro histórico del ex mandatario y de la bibliografía de los postulados en los que se basó para gobernar. Se quemaron libros, periódicos y revistas de la época, se silenciaron radioemisoras, se silenciaron artistas afines a la unidad popular y así la generación que nació en 1973, debió vivir en una burbuja comunicacional apoyada por los medios de “incomunicación” que fueron partidarios del gobierno militar. Personalmente nunca supe la tendencia política de mi madre, una ex funcionaria publica del sistema de salud de la época. Ante mis interrogatorios, ella se limitaba a responder con un “tranquilo hijo, la historia te responderá por si sola, dale tiempo al tiempo”. Así nos criaron, con el temor por ejemplo de no andar “pateando cajas” en la calle porque podía ser una bomba, (cosa que aun no hago) o viendo como de un día para otro empezaron a tapar los orificios que tenían los postes de luz porque allí los “terroristas” podían poner explosivos. Lo peor es que lo asumíamos como “normal”. A diferencia de lo que dijo el alumno del 4º medio F del Instituto Nacional, Benjamin González, en su discurso de licenciatura el año 2012 y que cito textual “haciendo el experimento que yo sólo sepa lo que me han pasado en el colegio y nada más, no sabría quién fue Augusto Pinochet en la historia de Chile”… a nosotros, la generación del 73, nos pasó todo lo contrario. De no ser por el “Bigote Sanhueza” el “profe” de historia que se atrevía a contarnos algunas cosas a escondidas; de no ser porque tenia un compañero de curso del mismo apellido que el ex Presidente, quizás nunca hubiésemos sabido en profundidad quien había sido Salvador Allende. De hecho el pobre “Pato” Allende vivía atemorizado y victima de burlas (hoy bullying en palabras mas bonitas) por tener el apellido del ex mandatario. Esa generación del 73’ fue especial, distinta, porque nos bombardearon con cuequitas y tonadas de patrones de fundo haciéndonos creer que escuchar todo lo que tenia relación con zampoñas y quenas era casi un pecado mortal. Nos acribillaron con comerciales de televisión y promesas de bicicletas para todos (aun recuerdo un huasito en bicicleta paseando por una arboleda en la tele. Por cierto, bicicleta que nunca llegó a mi casa). Nos hicieron pensar que las autoridades eran casi como estrellas de rock, de esos artistas que veíamos solo por la tele que se encendía con un alicates y en blanco y negro (aún recuerdo cuando nos sacaron de la escuela con un pañuelito blanco para saludar a Pinochet. Pasó en un auto y solo le vimos la mano cuando saludaba) Nos hicieron creer en una seguridad ficticia, porque al fin de cuentas si bien podíamos estar jugando en las calles hasta la madrugada sin temor a la delincuencia, afuera de esa burbuja, solo un poco mas allá de nuestras narices, otros compatriotas estaban siendo torturados, asesindos y desaparecidos. A pesar de eso, aun habemos muchos que tenemos sentimientos encontrados de esa época porque al menos en mí, todavía retumban la palabras que escuché cientos de veces “si los matan es por algo”. El problema es que aun nadie me ha explicado se si ese “algo” fue bueno o malo, o si ese “algo” fue en realidad tan malo como para merecer la muerte. Con la irrupción de Internet, poco a poco comenzaron a hacerse públicos los audios escondidos, la prensa silenciada, las revistas y periódicos ocultos, las “imágenes prohibidas” y coincidentemente, mientras mas se conoce de esos años, como activados mecánicamente, comienzan ahora, algunos, de uno u otro lado a hacer sus propios mea-culpas, esos arrepentimientos ¿pudieron hacerse antes?, o será que a la luz de las evidencias ¿no les quedó otra alternativa?. Quizás no lo merecemos, pero humildemente ¿a nosotros, a esa generación del 73’, quien nos va a pedir perdón por habernos engañado de esa manera? . Creo y sin temor a equivocarme, que la gran respuesta que aun esperamos es que alguien nos explique en que momento se quiebra la institucionalidad del gobierno de Allende para dar paso al Golpe; en qué momento un Gobierno Militar se transforma en Dictadura; en qué momento algunos de “esos valientes soldados que fueron de Chile el sostén”, cruzaron la línea y se transformaron en torturadores y asesinos. Probablemente pasarán más de 40 años y Pinochet, el Dictador, tendrá una estatua, no digo ni espero que sea así, pero a la luz de la experiencia de nuestro país, lo que para nosotros hoy puede ser motivo de divisiones, para para las futuras generaciones será probablemente algo “normal”, tal como para nosotros es normal hoy ver estatuas, monumentos o calles en honor a otros gobernantes que eliminaron también a los que pensaban distinto como O’Higgins, González Videla, Montt o Balmaceda. En este frío escenario es donde aparece la figura de la Diputada por Renovación Nacional Camila Flores, a quien por lo demás conozco al igual que a su pareja Percy Marín, también de RN. Ambos declarados abiertamente “pinochetistas”. Percy, durante años en su sitial del Consejo Regional, en el Computador que se les asigna para su trabajo, tenía de fondo de pantalla una imagen de Pinochet en impecable tenida militar, de guerrera blanca y gorra azul. Camila por su parte en una de las últimas reuniones ampliadas de RN declaró abiertamente “todos ustedes saben que soy pinochetista” generando una verdadera ovación entre gran parte de los asistentes. Gladys Marin, Jaime Guzman, Ernesto Guevara, Clotario Blest, entre tantos otros, son personajes que independiente de que no comparto lo que postularon, es admirable el hecho de que fueron consecuentes con sus planteamientos hasta la muerte y eso ya merece todo mi respeto y admiración, más allá de los cuestionamientos o diferencias políticas que legítimamente pueden y deben existir en una sociedad pluralista y democrática. Lo mismo me pasa con Camila Flores, no comparto para nada su postura, pero si admiro su valentía para enfrentarse a un país intolerante, no respaldo bajo ningún punto de vista sus dichos, pero respeto y valoro que defienda su posición, lo que me parece impresentable es que el partido al cual representa y esas personas que amparándose en el anonimato y la seguridad de un espacio privado como lo fue esa reunión, respalden este supuesto neopinochetismo. Renovación Nacional es - según su propio sitio web – Un partido que tuvo sus inicios el 5 de febrero de 1987 “con el lanzamiento de un nuevo movimiento denominado Partido de Renovación Nacional (Parena), que reunió al Movimiento de Unión Nacional (MUN), el Frente Nacional del Trabajo (FNT) y la Unión Demócrata Independiente (UDI). El primer presidente de este referente fue Ricardo Rivadeneira, secundado en las vicepresidencias por Andrés Allamand, Juan de Dios Carmona y Jaime Guzmán. Oficialmente, la colectividad se constituyó el 29 de abril de 1987 con 351 militantes que provenían de diferentes agrupaciones, movimientos y partidos cercanos al régimen militar, bajo el nombre oficial de Renovación Nacional (RN)”. La cercanía con el régimen militar, le trajo mas un dolor de cabeza a los dirigentes, por lo que en 2014 el Partido modificó su Declaración de Principios y se eliminó toda alusión o referencia al Golpe o Prinunciamiento Militar, al 11 de septiembre, al rol garantede las fuerzas armadasde la defensa dela democracia, etc. La nueva Declaración de Principios, vigente para todos los militantes, indica en la sección “República y Democracia...” dice textual: “En RENOVACIÓN NACIONAL postulamos que Chile es una República, donde la democracia representativa es el régimen político coherente con la dignidad y libertad de las personas y apto para asegurar el desarrollo individual........ Esta dualidad, entre representar los intereses de las personas y ser sensato, es fundamental en el esquema democrático, para evaluar las consecuencias en el largo plazo de sus acciones. Ser un actor político relevante importa comportarse de manera responsable, velar por la estabilidad del sistema político y garantizar niveles de gobernabilidad adecuados, teniendo siempre el bien común de nuestro país como norte. En RENOVACIÓN NACIONAL rechazamos los totalitarismos y otros regímenes no democráticos, así como la violencia política en cualquiera de sus formas y los atentados a los derechos humanos, que tanto daño han causado a nuestro país y otras democracias.” Este mismo Partido, Renovación Nacional, en su declaración de principios rechaza los totalitarismos y regímenes NO democráticos que “TANTO DAÑO HAN CAUSADO A NUESTRO PAIS Y OTRAS DEMOCRACIAS”, por lo tanto, por consecuencia, o Camila Flores y todos los que la aplaudieron y ovacionaron, debe renunciar, o derechamente debe la colectividad exigirle su salida y que se incorpore en un conglomerado pinochetista que la represente a ella y donde ella se sienta representada.

 
 
 

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